Más allá de la cata de vinos: la experiencia de la vendimia
Durante estas semanas nos encontramos inmersos en uno de los momentos más transcendentales en las bodegas de vino: la vendimia. Un proceso artesanal y laborioso que todo amante del vino debería experimentar con sus propias manos. Te contamos nuestra experiencia con un vino español muy especial.
Comienza la vendimia, el punto culminante de un trabajo de todo el año.
A diferencia de otros lugares del mundo, en España, el periodo de recolección de las uvas se puede prolongar desde agosto, para las uvas muy tempranas, hasta el mes de octubre. Una tarea que viene marcada por el enólogo, la persona encargada, entre otras funciones, de dar el pistoletazo de salida a la vendimia, y no será por una cuestión aleatoria o de sensaciones, el comienzo de la recogida de uvas tiene una base científica y el estudio de su maduración y las relaciones porcentuales entre azúcares (relacionado con el grado alcohólico) y ácidos (responsables de la conservación del vino) determinarán cuando ha llegado ese momento crucial.
La elaboración del vino no es una labor puntual y ni mucho menos se limita a la vendimia. Detrás de todo ello tenemos un proceso largo que se extiende durante todo el año. Durante el invierno, pese a que entramos en un proceso de reposo para la vid, el trabajo sigue, y lo hace con un proceso de poda continua al viñedo, se aprovecha para abonar y se espera a que estos troncos pelados comiencen su germinación.
Los nuevos brotes no aparecerán hasta el mes de abril aproximadamente (siempre dependiendo del punto geográfico en el que nos encontremos) y deberán ser tratados con mimo y dedicación. La limpieza y la preparación de las ramas de la vid o sarmientos serán fundamentales para dar la bienvenida a los nuevos brotes.
Aproximadamente en junio llega la fase en la que la flor será fecundada. Hasta entonces las tareas habrán continuado, destacando la “poda en verde”, un proceso mediante el cual se descartan los brotes no deseados, generalmente los que aparecen a última hora ya que suelen ser los causantes de una bajada en la calidad de la cosecha.
Durante los siguientes meses la principal función del viticultor será la de control y preparación para la vendimia, garantizando que el fruto cumple todas las etapas necesarias y tanto el personal como la propia bodega están listos para comenzar con la elaboración de la añada.

Una experiencia para compartir y aprender.
Nosotros hemos pasado estos días en un pueblecito del interior de Alicante donde hemos encontrado una bodega ecológica, un espacio centenario restaurado por sus propios fundadores en el que disfrutamos de esta tarea tan especial.

Nos levantamos temprano ya que este proceso tiene una serie de particularidades, no es apropiado realizarlo ni con humedad ni cuando el sol comienza a estar en su punto más elevado ya que perjudicaría la calidad del preciado fruto. Guiados por los dueños y el enólogo de la bodega realizamos esta singular tarea artesanal, tratando con cuidado cada racimo, seleccionando las mejores uvas y escuchando atentamente los secretos de la tierra, los misterios del clima, los cuidados de la cepa, la labor de la mano del hombre y las curiosidades y anécdotas que se viven en una pequeña bodega de vinos ecológicos.
Tras la experiencia de vendimiar, un rico manjar local nos esperaba a la entrada de la finca, la tradicional gachamiga de esta zona alicantina. Un almuerzo muy humilde a base de ajos, harina, aceite y sal que sorprende por su gran sabor. ¿Su secreto? El maestro gachamiguero llevaba 2 horas trabajando la masa en una especie de sartén grande. La combinación del hambre generada al vendimiar, así como el acompañamiento de este almuerzo con los vinos de añadas anteriores, supuso un auténtico placer difícil de explicar.



Redondeamos el día con la experiencia del pisado de la uva y la posterior degustación del mosto que se convertiría en el vino ecológico. Toda un terapia antiestrés perfecta para compartir en familia o con amigos, dando valor a las tradiciones, al trabajo artesanal y disfrutando de ese placer que supone descubrir el “cómo se hace”.
Si no planeas pasar por Alicante no hay problema, podemos mostrarte otras magníficas experiencias de vinos.







